El 11 de julio de 1776 nació en Caracas el pintor Juan Lovera Arrechedera, autor de dos de los cuadros fundamentales para la definición de la conciencia de identidad nacional: uno, relativo a los acontecimientos del 19 de abril de 1810 y, el segundo, sobre la firma de los diputados del Congreso de 1811 de la Declaración de Independencia de Venezuela. Lovera personificó la transición entre la pintura sencilla y de tendencia estática de la Colonia al neoclasicismo y técnicas de academia impuestas a partir de la cuarta década del siglo XIX venezolano.
ARTE Y OFICIO
Juan Lovera, inicial autodidacta dio algo de pulimento a su arte en la Escuela de los Landaeta, centrada en la pintura religiosa y retratos, temática predominante en la Colonia. El retablo, decorado de templos y retoque a figuras y cuadros de santos que acompañaban las procesiones anuales de la feligresía, convocó este primer tiempo de la plástica venezolana. Ramón de la Plaza escribe que el autor del cuadro El 19 de Abril de 1810 “alcanzó gran aprovechamiento en el estudio del dibujo y la pintura…sin el auxilio de aquellos medios indispensables…que el arte requiere (…) Lovera luchó, sin embargo, con esas dificultades y pudo lograr merced su persistente contracción, cierto grado de perfección relativa” [Ensayo sobre el arte en Venezuela]
EL 19 DE ABRIL
En 1919 el crítico Jesús Semprún escribió que Lovera salvó su nombre ante la historia por su labor de enseñante, pues aun cuando no tuvo ningún discípulo excepcional “tuvo…la gloria y fortuna de acreditar su arte, sembrar el amor por la belleza de las formas, el color y la luz en las almas juveniles” [http://conhisremi.iuttol.edu.ve]. Sin embargo, Lovera es mas que un educador reconocido de pintura; su solo cuadro El 19 de Abril de 1810 le gana un puesto en la historia plástica del país, tanto por captar la esencia del trascendental acontecimiento a la puerta de la Catedral de Caracas, y que recrea el desconocimiento y deposición de facto del capitán general Vicente de Emparan -lo que se formalizará minutos después tras su retorno al Cabildo y firma de la renuncia-, como por sellar con exquisita coloratura la escena.
MOVIMIENTO Y DETENCIÓN
El ímpetu al movimiento en los personajes se aprecia con suficiente claridad en la postura que asumen en el cuadro El 19 de Abril de 1810, personajes como Emparan; y Francisco Salias con su resuelto gesto al requerir “¡Venga Usía a Cabildo!”; y en los trazos de los niños subidos al ventanal de la Catedral para ver qué sucedía entre el gentío. E igualmente, en el apuntamiento de uno de los dos pardos libres encapotados, a la derecha del cuadro, cuyo índice señala al parecer sorprendido a Salias. Entretanto el segundo gran cuadro de Lovera, El 5 de Julio de 1811 puede entenderse al decir de Manuel Pérez Vila como una colección “de retratos que nos da la visión de conjunto de los firmantes del Acta de Independencia”.
“DESPERTAR LAS FUERZAS SILENCIADAS…”
“Sobre Juan Lovera, [Enrique] Planchart destaca que es el autor ‘de las dos primeras composiciones de asunto histórico de que se tiene memoria en Venezuela (…) En ambas se advierte que Lovera…no carecía de cierto sentido de la composición’ (…) le interesa más -a Planchart- la obra de Lovera como representante ‘en la pintura del movimiento que tendía en los primeros lustros de la República a despertar aquellas fuerzas espirituales silenciadas durante los devastadores años de la Guerra de Independencia.” Se lamenta Planchart que …sus obras de corte histórico terminan poseyendo un tipo de composición “tan estática, que más que a la pintura conviene a la arquitectura” [María Magdalena Ziegler Delgado / http://conhisremi.iuttol.edu.ve].
Nestor Rivero
Profesor e Historiador
Colaborador de CENACK
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