jueves, 14 de julio de 2016

BICENTENARIO DE LA PARTIDA DEL GENERALISIMO FRANCISCO DE MIRANDA





Así narra la muerte de Miranda el escritor Alfonso Rumazo, en su Libro Francisco de Miranda Precursor de la Independencia (Pag. 340-342):

Hay un preso que le visita frecuentemente a Miranda en la enfermería: el marino peruano Manuel Sauri, testigo de la agonía infinitamente larga del héroe. Por ese hombre modesto sabemos algo de los momentos finales del enfermo. Iba éste en alguna convalecencia, cuando de pronto, la noche del 13 de julio, volvió el ataque de apoplejía. En el lapso de los graves síntomas previos: dolor intenso de cabeza, silbido en los oídos, mareo, pérdida momentánea del conocimiento, “ofreciéronsele a Miranda –le contó Sauri a Ricardo Becerra (Ensayo histórico documental de la vida de don Francisco de Miranda)–, apenas hubo recobrado sus sentidos, los auxilios de la religión, para lo cual acudió a la cabecera de su lecho el capellán del hospital R. P. Albar Sánchez de la orden de Santo Domingo, pero Miranda se negó a recibirlo y despidió al fraile con estas desabridas palabras que los circunstantes, Sauri entre ellos, oyeron distintamente: “¡Déjeme usted morir en paz!”. Añade Picón Salas: “Pero como poco después se inicia el coma agónico, las diligentes hermanitas del hospital consiguen que se le administre la extremaunción. Presencia ya Miranda con los ojos entelados y sin voluntad de rechazo, el grave ritual”. La muerte llegó para este coloso de la historia, a la una y cinco minutos de la madrugada, del día 14 de julio.

¡La fecha de la toma de la Bastilla!

El pensamiento de Francisco de Miranda sobre la Identidad Americana





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