Luis Langarica Arreola
La IV Cumbre de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, realizada en Quito, Ecuador, el 27 de enero del 2016 se desarrolló ante un panorama adverso, de crisis generalizada y global del sistema capitalista, de ahí la necesidad de fomentar cambios de modelo económico anti-neoliberal para conducir la formación de un Estado de bienestar, a través de fortalecer, en primer instancia el mercado interno debilitado ante la baja de precios de las materias primas, como el petróleo y otras exportaciones que por el momento, han dejado de ser fuentes de ingresos favorables, pero que lo fueron antes que llegara la crisis y que ahora ocupa un lugar complementario.
El desarrollo y crecimiento puede darse bajo dos ejes: aprovechando el caudal de conocimientos que trae la ciencia y la tecnología, y el otro la puesta en marcha sin más dilaciones, del Banco del Sur, que sería el banco de desarrollo, con un manejo distinto al de los acreedores financieros imperiales: BM, FMI, entre otros que han privado el desarrollo sano de nuestros países, convirtiéndolos por mucho tiempo en deudores, es decir, en grandes pagadores de tributos a los imperios de países que han basado sus mega ganancias por el sobreendeudamiento ilegal de pagos permanentes de intereses, evitando la liberación de la deuda y el desarrollo potencial de la economía.
El fortalecimiento del Mercosur favorece a la región para el ejercicio del comercio de productos elaborados o mercancías en un plano de beneficio mutuo entre las naciones, sin competencias desleales o dañinas propias de los tratados de libre comercio y el que está en puerta el TPP Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, siendo los monopolios extranjeros los altamente beneficiados, lesionando el desempeño de las industrias nacionales, absorbiendo o fusionando otras, para obtener mayores ganancias, así los países con desigual desarrollo económico caen en la dependencia inducida por las transnacionales.
Las fuerzas productivas ven disminuir el campo de acción en el desarrollo de la economía de sus países, por la interferencia de los grandes monopolios extranjeros y por las privatizaciones en el modelo neoliberal. En América Latina, aquellos países que optaron por un desarrollo económico distinto al neoliberal, aumentaron la fila de la clase media, redujeron la desigualdad y algunos obtuvieron un PIB, Producto Interno Bruto favorable, es por ello que no pueden ni deben volver atrás, ésta clase media a la que me refiero, en ocasiones no entiende u olvida el cómo y el por qué llegaron ahí, habría que recordárselos haciendo memoria histórica.
La CELAC cumple una función preponderante, toda vez que organismos internacionales como la OEA y otros no han respondido favorablemente a la problemática a la que se enfrentan y presentan algunas naciones latinoamericanas y caribeñas, injerencias externas, intentos desestabilizadores, etc. por oligarquías y las derechas confabuladas con el imperialismo y el gran capital.
Los temas que tienen que ver con la reducción de la pobreza y las desigualdades, el medio ambiente y contra el cambio climático, la infraestructura, la educación, la salud, el empleo bien remunerado, la ciencia y la técnica, el financiamiento, etc. son retos comunes cuyas soluciones podrán surgir de la cooperación y la ayuda mutua entre las naciones, para así estar más cerca de la integración en la diversidad.
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