domingo, 7 de febrero de 2016

Carta a mis hermanos del Continente de la Esperanza [1]

Nicolas Canosa *

…en el norte primó la destrucción, en el sur la asimilación, y eso… da derechos y esperanzas de una misión sin precedentes en la historia”.  Jose Vasconcelos

Algunos escuchamos tango, otros pasillo, otros joropo.
Algunos comemos asado, otros fritada, otros arepas.
Algunos le llamamos compañeros, otros panas, otros camaradas. Algunos somos peronistas, otros correístas, otros chavistas.
San Martín, Sucre, Bolívar.
Y cuantas “vainas” más las llamamos diferentes, que hasta se tornan en motivo de sonrisas y conversaciones largas en las que compartimos mate, morocho o chicha.
Todos latinoamericanos y hermanos.
De nuestro suelo siento brotar un mismo espíritu revolucionario unificador que se expresa en el amor, la comprensión por el otro y la entrega de nuestra mente y corazón a la causa de justicia y liberación de los pueblos. Las fuerzas imperialistas que han operado por dividirnos atentando contra nuestra felicidad saben que unidos somos invencibles.
Cantaría: “El pueblo, unido, jamás será vencido”.
En este espíritu, y en el sufrimiento en el que han sido sometidos y lo son todavía nuestros pueblos me siento parte y me identifico en la lucha en cualquier punto de la América Mestiza. Y comprendo allí la unidad imprescindible que nos conducirá a la felicidad de los pueblos que tanto han sufrido a lo largo de estos últimos quinientos años… Y al compás del Martín Fierro
[2] recito:
Los hermanos sean unidos
porque esa es la ley primera
tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea
porque si entre ellos se pelean
los devoran los de ajuera
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Estas líneas nacen de mi sangre peronista y revolucionaria que da a cada latido de mi corazón y a cada paso de mi vida un verdadero sentido, que se compromete con la felicidad de la Patria Grande, que sólo es real si es compartida.
Con estas palabras, me abrazo y me aferro en la lucha con mis hermanos del Continente de la Esperanza, quienes son los obreros de mis sentimientos.





[1] Ecuador, 15 de febrero de 2013
[2] Martín Fierro es el gran poema nacional escrito por José Hernández en 1872. Manuel Valenti, compañero de militancia y de vida, en su artículo “Martin Fierro: paradigma de un pueblo”, dirá del mismo: Marechal entiende que en el intento de enajenación de la conciencia nacional en la segunda mitad del siglo XIX, El Martín Fierro es un grito de alerta para rescatarla y ponerla en su lugar, que los valores espirituales y morales de la nación se están deformando. Los responsables de esta enajenación son la elite gobernante, que encandilados por las luces de la modernidad y la filosofía de las grandes potencias europeas, desecharon toda posibilidad de pensarnos por nosotros mismos, desvalorizando nuestra conciencia nacional y adoptando una epistemología que no nos era propia (…) Martín Fierro es la síntesis simbólica de un pueblo subyugado y sin voz”.

(*) Militante de la Organizacion Peronismo Militante de Argentina. Colaborador del Colectivo Formarnos Venezuela

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